lunes, 20 de diciembre de 2010

La pureza


No abrir jamás la puerta del peligro,
tan sólo convivir con su advertencia
-su cerrada presencia silenciosa-
como con la lejana idea de la muerte.
No pensar demasiado en su inflexible
manera de existir sobre nosotros.
Al fondo del salón hay una puerta
que no debéis abrir. Pero mirarla
tuerce la voluntad hacia lo oscuro.
En tardes de silencio me he acercado
a imaginar su aliento en mis pulmones.
La noche que te odié, soñé que abría
y el hueco ciego y lento me observaba.
A su merced estaba mi tristeza.
Aquella sed oscura era mi alma,
la negra, la salvaje, la enclaustrada.
Puesto que amó la luz que nunca tuvo,
atrapó en el deseo las palabras:
mi alma dice voz, dice durmiendo,
dice azul, dice cielo y despedidas;
dice ¿vendrás conmigo alguna noche?
Y aquella oscuridad me perdonaba.
Me senté en los umbrales de sus ojos,
la acaricié despacio
como a un monstruo tranquilo tras su crimen
condenado al dolor y a una dulzura
que sabe a soledad.
Acogí entre mis manos su impúdica pureza,
la que no comerció con las palabras
ni mendigó el amor con la mirada.
La que nunca negó lo que escondía.

Dado el parón invernal en el que me encuentro perdida, puede que esta entrada sea la última del año.  Dejo aquí uno de los poemas que más quiero y un dibujo que hice para él.  Aprovecho para desearles una buena salida de este 2010 que aún nos ocupa y una perfecta entrada en el 2011.  Un poco de pureza no nos vendría mal, aunque intentar protegerla dé ya una especie de vergüenza estética.  Esperemos que ella encuentre su ángulo, por oscuro que sea, entre anuncios navideños y excesos materiales y sentimentales, y que allí se guarde -como la poesía- incluso de sus dueños.
Feliz Navidad a todos.
  
30/12/2010:  Para acabar bien el año, lo terminamos presentando Suegras. Retratos del gran enemigo.  Con humor, al menos;-)  Os esperamos en  El Corte Inglés y su ámbito cultural a las 19,30 h.
  
Y se publica en la revista de Artes& Letras del Heraldo de Aragón una reseña mía sobre El juego de la taba, de Elías Moro.  Podéis verla en el blog LOS OTROS