miércoles, 31 de octubre de 2012

Poetas muertos (y versos en la noche en Radio TEA FM)



Un día no querré escuchar más esta canción; entonces estaré muerta y formaré parte de la (más o menos) santa compaña que asusta a los niños o descansa en cementerios o se dispersa en cenizas sobre mares, montes y desiertos.  ¿Nos recordará alguien?, ¿seguirán nuestras cuentas abiertas, flotando en el limbo de las redes como fantasmas que no saben que están?  Cuando nos lleven flores y todos los vecinos hablen bien de nosotros, como si fuésemos poetas muertos, y alguien nos nombre (como si fuésemos poetas muertos) y alguien nos recuerde y no, ya no podamos volver, como les pasa a los poetas muertos. ¿No es bueno estar vivo?, seguiré preguntando.

Angie, odio esa tristeza en tus ojos, me diré a mí misma, como si estuviese viva.


Nota de 1 de noviembre: Ayer fui invitada a programa "Con versos en la noche" en TEA FM para conversar un rato con Fran picón e Ines Ramón. La experiencia en directo fue estupenda. Ya está disponible el podcast. Noviembre y unas pocas palabras.  

lunes, 15 de octubre de 2012

Pájaros en el ático (de los gatos)



PÁJAROS EN LA CABEZA

Lo que fecundan pájaros estériles
sobre tu centro abierto, disfrazado
de la fruta carnal que al menos sabe
dejarse devorar por otros labios.

Quisiera proteger de lo mezquino
tu malogrado asombro solitario.
No existe dios que lo sostenga, nadie
le rozará los dedos con su nombre.



El ático de los gatos es una revista literaria que sacó a la luz en mayo su primer número. Cuando, allá por febrero, Rosario Troncoso -directora y motor de este proyecto- me pidió algún poema para ese primer número, le entregué dos: Perfecto (que  iba a formar parte de El mar del otro lado, entonces a punto de publicarse)  y estos Pájaros en la cabeza, inéditos, que ahora traigo también aquí.  Enhorabuena a Rosario y a todo el equipo de personas que han puesto en marcha esta iniciativa.  Encantada de colaborar.  

                                                                                                                                                
Antón Castro recogió también, hace unos días, estos pájaros y algún otro en su blog, junto a unas preciosas fotografías de Imogen Cunningham.  Y Mariano Ibeas los llevó a su desván.  Gracias a ambos.

martes, 2 de octubre de 2012

Un hombre de verdad (Borrascosa Institutriz IX)

El siglo XX dobló definitivamente el cuello ante el escurridizo significado de la palabra originalidad.  Y el XXI no parece que vaya a levantarlo.  Todo el mundo se moría por ser original. Algunos lo consiguieron: cráneos privilegiados, cadáveres exquisitos, estrellas del rock, etcétera.  Pero la masificación de la originalidad como objetivo consiguió también que, al final, fuese el concepto de normalidad el que se volviese anormalmente elástico y acabase convertido en un caldo oscuro en el que todo se diluyó por igual.
 
Y, sin embargo, es tan tierno –por ejemplo- que a un joven le parezca digno de contar su primer polvo (o digno de olvidar, pero siempre digno de convertirse en literatura).  Y no literatura cualquiera, no. Literatura original, como el pecado, como un día lo fue el punk y luego el afterpunk y luego el postafterpunk donde yo perdí la cuenta.  Así es la primavera, repetitiva y nueva para siempre jamás. O los juguetes (nuevos). O la  tecnología. La originalidad montada en las noches de los trenes.

A veces, justo antes de dormirme, pienso que daría todo mi reino de borrascas por un hombre que quiera ser normal (no, no quiero decir normal).  Uno que no doble el cuello. Oh, capitán.